Su color se debe a la acción de los betacarotenos, pigmentos naturales que proporcionan a su pulpa un tono amarillo o dorado en el proceso de fotosíntesis. El sabor de las sandias amarillas suele ser más dulce que el de las rojas y su textura algo más fibrosa. Tiene un gran poder antioxidante: su color se debe a los betacarotenos.
Muy hidratante: cerca del 92% de su contenido es agua.
Baja en calorías: contiene entre 30 y 46 calorías por cada 100 gramos.
Cuida los ojos, gracias a su contenido de vitamina A.
Diurética: gracias a su contenido de potasio, un mineral que equilibra los niveles de líquidos en nuestro organismo.
Favorece la salud de la piel: las vitaminas A y C favorecen la reparación de las células de la piel, producción de colágeno y protección frente al daño solar.
Potencia las defensas por su contenido en vitamina C.La mejor forma de comer esta deliciosa fruta, es fresca, recién sacada de la nevera. Una rodaja de sandía te hidratará y refrescará en cualquier momento del día.
